Mientras Cristina se mueve, Milei avanza

Publicado: 06 / 11 /2025

¡Contra todo pronóstico! El «barco borracho» sigue navegando con fuerza. El capitán, fervoroso, declama: «más liviano que un corcho, dancé sobre las olas». ¡A toda máquina!

En mi querida Argentina, el cambio es constante. La angustia se transformó en euforia y aquellos que pensaban abandonar, regresaron al «navío libertario». Pasado el pánico, los debates políticos resuenan como batallas fervientes.

Cristina Kirchner se mostró radiante, bendiciendo a los suyos con baile propio. Sueña con los aplausos del pueblo, aunque confunde escenarios con altares. Mientras tanto, seguidores y detractores lidian con sus propias contradicciones.

Así es el espectáculo político: mientras Cristina celebre, Milei avanza y viceversa. Dos extremos que se necesitan, una danza entre rivales.

La aplastante victoria oficialista dejó a todos boquiabiertos y rugiendo entusiasmo. ¿Por qué ganó Milei? Aquí cada uno tiene su teoría: desde la victoria cultural hasta el temor al kirchnerismo. La verdad, seguramente, yace en el medio.

¿Pero quién es realmente el vencedor? ¿Es Milei? ¿Cuál Milei veremos ahora? Al igual que todas las revoluciones, lo «nuevo» eventualmente se revela familiar.

Hace un tiempo, nuestro presidente se enfocó solo en la gestión y dejó la política a otros. Sin embargo, fue la política la que sobrevivió, con la ayuda extranjera. Así, Milei ahora lidera un movimiento de magnitud nacional.

Resulta también un triunfo para Donald Trump y los banqueros. Aunque Spruille Braden envidiaría la escena, me pregunto: ¿a dónde fue a parar el nacionalismo criollo de antaño?

Quien te salva, te da consejos: cultiva amistades, negocia pacíficamente. En resumen, ¡actúa con sabiduría política!

Así nace el «nuevo» Milei, ahora más diplomático y reflexivo. Quizás, al final, ganemos todos, incluso aquellos que anhelábamos esta transformación.

Y el peronismo, ¿dónde queda en este tablero? La confusión reina al equiparar peronismo y kirchnerismo. Observe las brechas entre distintas elecciones.

No fue Kiciloff quien triunfó, sino el “deep peronism”: una fuerte red local de apoyos que se mantiene sólida.

El peronismo es un fenómeno «nacional», una cultura que trasciende los partidos. Su capacidad de adaptación es notable.

En argentina, los peronistas a menudo votan fuera de su partido cuando las circunstancias lo ameritan. El peronismo es capaz de fluir más allá de su confinamiento político.

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Cristina Kirchner bailó en el balcón tras conocerse los resultados de las elecciones

¿La «tercera Argentina» se ha desvanecido? Quizás sí, tal como la entendíamos. Pero los verdaderos cambios políticos muchas veces laten bajo la superficie.

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